jueves, octubre 08, 2009

Crónica VII Ruta MTB Galán de Membrilla

Ruta de Membrilla 2009




Domingo, 4 de octubre de 2009

Amanece, por decir algo, con una fantástica luna llena, o sea, que como casi siempre, hemos quedado de noche para asistir a la que será VII Ruta MTB Galán de Membrilla, ruta que desde que somos los que somos, no hemos faltado a ninguna edición, y en la que, como no puede ser de otra manera, seguro que los Membribike nos sorprenden con algún recorrido especial. Pues, como iba diciendo, esta vez seguimos nuestros hábitos de ser casi puntuales, y nos juntamos todos, ¿todos? Pues no, Javi, se acerca para dejarnos la furgo, pero resulta que él no puede venir por circunstancias familiares, qué pu**da, pero lo primero es lo primero, el caso es que ha tenido los webs de levantarse temprano para venir y dejarnos la furgo, y volverse a casita, así que, desde aquí nuestro agradecimiento a Frutas Laura por la logística y a Javi por el madrugón.
Nos vamos a Membrilla, allí nos está esperando Jose María, los que aterrizan son Felipe, Julián, Ignacio, José Andrés y Manolo, que nos dirigimos a la caseta municipal donde se recogen los dorsales, nos tienen apartados en una caja los mismos y los regalos para los participantes, un ejemplo de organización administrativa, ¡sí señor!.
Como ya nos conocemos, en vez de saludar al personal, nos vamos derechos a las bicis, para no hacer tarde, que siempre nos pasa igual, y una vez hecha la foto oficial y cada uno en su burra, nos dirigimos a la salida; bueno cada uno en su burra, no, a mí me ha dejado la suya Juanchu, ya que él no ha podido venir, al menos su espíritu nos acompañará en forma de bici.
En fin, ahora sí, saludos a toda la peña, esto va pareciendo cada vez más una gran familia, los membribike, of course, los abrojos, los moraleños, los bikesol, los sinllel, los amigos del plato grande, los tombike, etc,etc…seguro que me olvido de alguno, pero como digo, cada vez somos más y mejores, jeje.

Reunión de pastores...

Salida neutralizada como de costumbre por las calles de Membrilla, la mañana está fresquita, algunos han optado por chaquetas de invierno, muchos por manguitos y/o perneras, y los más por manga corta, el día promete sol, así que aunque a primera hora, se ponen los pelos como escarpias, según avance la mañana seguro que sobra ropa.
Comparto los primeros kilómetros con Ivan único representante de Temblebique, los demás, al parecer están sufriendo los rigores de la vendimia, ¡vaya sprint que nos arreamos los 2 en su ruta! ¡Aún me duelen los riñones!,

el caso es que el primer tramo es bastante llevadero, todo llano, rectas enormes sin más dificultad que esquivar algún bache y no tragar demasiado polvo, y como siempre ir de charleta con los amigos para matar el rato, disfrutar del paisaje que aunque conocido no deja de tener su encanto y mover las piernas para calentar antes del tramo libre.
Después de unos cuantos kilómetros giramos a la derecha para cruzar la A4, y entrar en terreno más entretenido, nos dirigimos a la zona norte de la Sierra de Moral, Andrés y sus chicos están relamiéndose de gusto, se la conocen como anillo al dedo, al parecer el tramo libre será completo por esta zona, volvemos a cruzar otra carretera, creo que la Daimiel-Valdepeñas, pero no estoy seguro, teniendo en cuenta que mi GPS se quedó en el cajón de la mesa, mi cabeza no da para tanto. Así llegamos al primer avituallamiento, sandwichs, fruta y bebida para reponer fuerzas, tampoco es que se haya gastado mucho, pero siempre hay que llenar el depósito por lo que viene detrás.
Aquí Marivi, me pide ayuda para dar aire a su rueda que va perdiendo, y esto es como la gripe A, cuando uno pierde, se contagia, al final Ignacio, Julián y yo mismo, también tuvimos que volver a revisar las ruedas por la psicosis de ¿he pinchado? ¿está floja? ¿tú como la ves?, así que entre bocado y bocado a dar aire a las ruedas, fotos de rigor y nos dirigimos al tramo libre.

Se arreglan pinchazooooosssss.......


Ahora empieza lo bueno, nos paran a todos en un lugar ancho, para que se vaya colocando la gente y los organizadores, y después de soltar nervios, dan la salida,

¿de quien es este culitoooo?

aquí como suele ser habitual se produce un pequeño caos por la forma de embudo que tiene la salida, y claro, los más ansiosos cogen el cuchillo entre los dientes y no dejan pasar a nadie, menos mal, que como ya nos conocemos, los demás vamos saliendo a nuestro ritmo, salimos a la izquierda para hacer un pequeño bucle y volver al lugar de donde hemos partido, pero ya más estirados, entre medias hemos ascendido nuestra primera cuesta del día, aquí ya vamos como siempre, cada uno a su ritmo, yo con mis auriculares y tratando de encontrar mi ritmo.
Los caminos están muy asperos, hay mucha piedra suelta, pero piedra grande, no grava ni arena ni nada parecido, hay cada pedrusco que saltan chispas y hay que tener cuidado, me mantengo en un grupillo más o menos compacto, estamos Julián, José María, y Manolo (Plato Grande) entre otros bikers que no identifico, y nos vamos separando poco a poco.


Logro mantener la distancia con Julián y un grupo de moraleños, con Andrés a la cabeza, los adelanto, me adelantan, así vamos un rato, hasta que llega una cuesta bastante complicada, aquí reduzco piñones, y trato de subir a mi ritmo, se me escapan Julián, Andrés y el resto, y empieza el trasiego de bikers, en las subidas, me quedo, en las bajadas y llaneando, me adelanto, es mi sino, esta vez además con la bici que llevo, se nota diferencia con la mía, no termino de acoplarme al manillar (más corto) y los cuernos de Juanchu tampoco me gustan (je,je qué frase), me acoplo mejor a los míos, así que trato de buscar posiciones más cómodas, pero termino dejándolo por imposible, manos al manillar, porque los cuernos no son lo mío, y me duelen las muñecas, el tema que me suena en el MP3, es el clásico Rock & Roll de los Zeppelin, y me da un subidón de moral, que logro ponerme de pie, y bajando me lanzo a muerte, llevo a 2 o 3 bikers en mi punto de mira y voy a ver si los pillo, el terreno se mantiene llano, lo complicado parece que ha terminado y meto plato grande, voy a 40 km/h. y la bici parece desbocada, entre la velocidad, los baches y las piedras, hay momentos en los que los botes que pega me descolocan del sillín, sigo avanzando puestos, aprovecho un momento para beber, que no lo he hecho en todo el camino y me noto la boca seca, ¡menos mal que llevo manga corta! Porque el calor aprieta de lo lindo y se nos ha quedado una mañana de lo más veraniega.
Cuando parece que estamos a punto de terminar, me encuentro a Alfonso (membribike) en un cruce indicando que giramos a la derecha, y aquí ya termina lo bueno, nos vamos a subir a la Meta, por un camino de cabras, con más piedras sueltas que en las ruinas de Grecia, aquí sí que hay que tener cuidado, no son piedras pequeñitas, no, son piedras como melones, pero a diferencia de estos, tienen aristas y puntas suficientes para hacerte pupa como te caigas, quito plato y piñones y subo con más miedo que fuerzas, no me apetece caerme aquí, luego pienso, ¡joder! El miedo que no gasto bajando, lo gasto en estas situaciones, pero, es lo que hay, el caso es que los últimos metros son infernales, lo que no dejaría de ser una subida media, se convierte en una subida durísima por el firme que tiene (o que no tiene), en los últimos metros un bikesol (creo que Alfonso) me pasa como un descosido, (luego me pidió perdón) pero yo a mi ritmo, que no es plan de jugarse el tipo.

Al final, Julián y sus compañeros de ruta me sacaron 2 minutos, ¡peor lo daba yo! Y a otros 2 minutos de mí, llegó José María, y a otros 2 llegó Felipe, a 4 minutos llegaba Ignacio, con su Specialized flamante recién estrenada, literalmente, rueda de atrás reventada en los últimos 10 metros del tramo libre, ¡vaya estreno!; y a 5 minutos de este llegaba José Andrés, también reventado, pero esta vez él, no las ruedas. De todas formas que quede constancia que después de un año en el dique seco por la lesión que tuvo, hay que darle un gran aplauso, que aguantó el tramo libre enterito como un jabato, y llegó delante de muchos.


Aquí estamos todos, en “El Comedor” donde se puso el segundo avituallamiento, tuvimos el único garbanzo negro de la organización, que el calor que hizo sorprendió a todos, y no hubo bebida para los últimos en llegar, pero son cosas que pasan y todos sabemos lo difícil de estas cosas.

Como un señor, tumbado en el sillón del comedor, jejeje...

Desde allí, ya no nos quedaba más que volver hacia Membrilla, aquí nos ofrecieron 2 alternativas, una larga 25 kms. Para tardar una hora, y otra más corta 20 kms. Para tardar también una hora, nosotros como no podía ser de otra forma, nos fuimos por la larga (bueno, Felipe se fue por la corta)

en teoría, iba a ser llano, y la velocidad media, es fácil calcularla, pues bien, resultó así, no porque fuera llano, sino porque íbamos volando; nada más salir subimos una cuesta con mayúsculas, entre la pendiente, el terreno y la aglomeración de la gente, hubo que poner pie a tierra y subir un tramo a patita,

una vez que abandonamos la sierra, el resto fue “coser y pedalear”, atravesamos viñas, barbechos, sembrados, y todo lo habido y por haber hasta llegar a Membrilla, y según nos acercábamos el ritmo iba aumentando, me acerco al grupo de cabeza, Vicente y sus membribikes, los Lolo de Almagro y algún bikesol (Juan entre ellos) y de Appel.res, tirando a saco, nos metimos a 35 Km/h. y en un plisplas nos plantamos en las puertas de Membrilla, donde se unió el pelotón con el grupo del tramo B.
Conclusión, duchita y comida final, aquí se resarcieron del fallo del avituallamiento, porque tuvimos bebida como para una boda, y comida a la brasa recién hecha que comíamos como bestias, choricitos, panceta, lomo, pisto manchego, embutido….. ¡ah! ¡Qué rico…..!
Reparto de trofeos a los ganadores, masculino y femenino, a los participantes veteranos, al club más numeroso (MTB Manzanares con 20), y al más lejano un grupo de Madrid, y después de sorteo de regalos de los cuales no rascamos bola, dimos por finalizada la ruta un año más, habiendo pasado una mañana estupenda de mountain bike, disfrutando de lo que nos gusta, el deporte, la naturaleza, y sobre todo, los amigos.

NOTA: Mis fotos son las que se pueden ver en el album al comienzo de la crónica, las que acompañan al texto son gentileza de: Manolo (Bikerman-Amigos del Plato Grande), Mariví, Vicente, Peter y alguno más (Membribike), Juan (Bikesol).